martes, 7 de octubre de 2014

La cara oculta de la luna, por José María Montells

Montells acaba de hacer una de las suyas: Ha publicado otro libro más para añadir a su ya abundante producción literaria. Hace muy poco presentaba en Madrid, su Diccionario del Diablo, que es un trabajo imaginativo y turbador, muy alejado aparentemente de sus inquietudes habituales, en cuyas páginas he descubierto un nuevo Montells, preocupado por lo trascendente. Conozco a Montells desde hace treinta años y no ha dejado de sorprenderme. Es el prototipo del artista independiente. Vanguardista y retrógrado, epicúreo y ascético, agreste polemista y en ocasiones, tímido timorato, ha ido construyendo una obra muy estimable en relación con los estudios caballerescos, en los que es muy versado. Sus trabajos sobre las órdenes de caballería, singularmente sobre la Orden de San Lázaro, han sido tan celebrados como combatidos, pero no han dejado indiferente a nadie. 
Paralelamente a esta dedicación, José María de Montells (1)  ha publicado una novela de aventuras y algunos libros en prosa muy personales, desvelando en ellos sus peculiares obsesiones literarias o estéticas. Como es conocido, Montells ha sido el mítico editor de la poesía visual española en los años setenta, ha dirigido y editado revistas, ha impulsado diversas colecciones y a la poesía, visual o discursiva, ha dedicado sus mejores esfuerzos desde la publicación de su primer libro, La Cabellera de Berenice, en 1971, hasta éste La Cara Oculta de la Luna, 


Portada de la obra.
En esta nueva obra, Montells vuelve a engañarnos: Él se escuda en la llamada poesía experimental para ocultar que es un poeta de los grandes. La poesía española actual es espesa y pueblerina. Sus santones más encumbrados no pasan de hacer poesía social actualizada. Ideologizada e instrumentalizada, la poesía es un invitado de piedra en manos de muy pocos editores, en una sociedad cada vez más alejada de la lírica. Como Montells no se arredra ante este oscuro panorama, presenta un libro contracorriente. Otro más. Quizá sea una muestra del transgresor que esconde con pudor. 
La Cara Oculta de la Luna está compuesta de dos partes que, contrariamente a lo que dice el autor en su Nota a la Edición, son independientes. La primera parte es la reedición ampliada de su La suerte suprema, publicado en 2007 y revisado ahora. Un hermoso libro dedicado a la fiesta de los toros desde una perspectiva vanguardista, sirviéndose de la técnica permutatoria, en la estela de un Juan Eduardo Cirlot de nuestro tiempo.  La segunda parte, fiel exponente de la poesía textual, es otro libro, bautizado Bergerac en la hoguera, donde se encuentra el Montells más lírico, que utiliza el pastiche, la invención de palabras, lo irracional y lo aleatorio, para desvelar el misterio. Son dos obras que a mi entender no conforman un libro unitario, aunque muestran al Montells más auténtico. Es el anverso y reverso de un mismo Montells, radical y contradictorio. Fernando Millán, uno de los más importantes escritores de la Neovanguardia, ha dicho (2)  de Montells que “su obra es una aportación fundamental para la historia de la poesía experimental”.


El Dr. José María de Montells y Galán.

No soy asiduo aficionado a la poesía, pero siempre leo a Montells.  Invariablemente me regala sus libros, con una sonrisa irónica en los labios. Él dice, por disculparse, que perdone su tendencia a la frivolidad, pero a mí no me parece nada insustancial. Su mundo poético es de una riqueza tan deslumbrante y tan actual que me he convertido en su lector. Y no era fácil, yo no había salido de la admiración por la obra de Rubén Darío.

JOSE RAMON ALONSO
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(1)Madrid, 1949.
(2)Escritores radicales. Obras In-Completas. Jaén.

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